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jueves, 27 de febrero de 2020

los 3 reyes magos y el niño jesus





Diciembre es un mes de fiesta en el mundo entero. Millones

de cristianos recuerdan en esos días que hace 1969 años nació un

niño llamado Jesús. En todas partes del mundo los cristianos fes�tejan el recuerdo de ese nacimiento. A pesar de que en casi todos

los países las fiestas son distintas, se conoce en todos ellos el portal

o nacimiento, como le decimos en nuestras tierras; o sean las figu�ras que representan a la Sagrada Familia: al Niño Jesús y a sus pa�dres; a algunos pastores con sus ovejas y también a una mula y un

buey. Pero además de estas figuras se acostumbra poner tambi-én

las de los Tres Reyes Magos. A vece los representan a caballo,

_otras veces montados en sus camellos, pero siempre como personas ricas y poderosas que vienen a dejar regalos al Niño recién

nacido. Encima de las figuras ·se acostumbra, casi siempre, colocar

una estrella.

En la Misa de Navidad y en la del seis de enero, día de Reyes,

el sacerdote lee los evangelios que mencionan a las personas re-·

presentadas en el portal o nacimiento.

Los evangelios fueron_ escritos por cuatro hombres que conocie�ron muy bien a Jesús. Se llamaban San Lucas, San Mateo, San

Marcos y San Juan. San Lucas escribió que los pastores eran per�sonas pobres, que dormían en los potreros cuidando sus rebaños

de ovejas.- Una noche vieron aparecer extrañas figuras luminosas





en el cielo. El bri I lo era tan intenso que en el primer instante se

asustaron. Pero luego estos ángeles les dijeron que se alegraran

pues había nacido Jesucristo el Salvador del mundo. Furon pues

los pastores los primeros en saberlo y los primeros que visitaron a

la Sagrada Familia.



 Sabe Dios cuántas personas en el mundo recibieron el aviso 



del nacimiento de Jesús, por medio de señas en el cielo o de alguna 


otra manera. En aquel tiempo los indios que habitaban nuestras tierras apuntaron muchas cosas grabándolas en grandes piedras. 


Hasta la hora nadie puede leer lo que ahí die. Tal vez, si algún 


día se llegara a comprender lo que aquellos indios escribieron, podríamos saber si también el los hace 1969 años recibieron el aviso 


de que Jesucristo había nacido en el puebl ito de Belén. 


En aquel tiempo había un país que se llamaba Babilonia. 


Esas tierras -quedaban muy lejos de Belén; pero no tanto como las 


nuestras, pues Babilonia y Belén no están separadas por los mares. 


Existía en Babilonia una ciudad llamada Sippar. Allí se encontraba una' escuela para todos los que se dedicaban al estudio 


de los astros. Cierto día, los astrónomos, que es como se les I lama 


a los que estudian los astros, vieron que los astros Júpiter y Sa�turno estaban uno muy cerca el otro. Aparecían estos dos planetas en las madrugadas y se veían como uno solo muy luminoso y 


extraño. Hoy día la ciudad de Sippar ya no existe. Pero se han 


encontrado muchos apuntes que hicieron los astrónomos en aquel 


tiempo y por eso se sabe todo esto. 







Por esos apuntes se puede comprender lo que cuenta San Mateo en su evangelio: "En los días del Rey Herodes, unos magos de 


O'riente se presentaron en Jerusalén diciendo: ¿dónde está el re�cién nacido rey de los iudíos? Vimos una estrella por el Oriente y 


venimos a adorarle". 












Luego, el evangelio nos relata cómo los Reyes Magos vieron 


la estrella, o sea los dos astros, sobre el pueblito de Belén. Ahí 


encontraron en un galerón a la Sagrada Familia. También nos 


cuenta San Mateo que los reyes abrieron sus cofres y le entregaron 


al Niño los regalos que traían desde sus lejanas tierras: oro, in�cienso y mirra. Todo esto lo representan en los nacimientos o por�tales que se ponen en las casas y en las iglesias durante el tiempo 


de Nochebuena. 


Hoy día sabemos que los dos astros tienen que haberse vist9 


en el mundo entero. Muc:hos astrónomos los deben de haber con 


templado con admiración. 


Pero una aparición extraña en el cielo no es necesariamente 


un mensaje para todos los que la ven. Los mensajes de Dios llegan 


directamente al corazón de cada persona. Cosas que no tienen im�portancia para muchos, son mensajes para alguien. Cuántas veces 


vemos venir por las calles de una ciudad a un niño solo, que 







nos vuelve a ver con sus ojos tristes. Pasan unos y pasan otros; 


nadie se fija en él. Sin embargo a una persona esa mirada le toca 


el corazón, y oye el mensaje que le dice que tiene que ayudar. O 


tal vez va alguien de noche por un camino solitario, animado por 


la venganza y el odio. Va cargado· de malos pensamientos. De 


pronto vuelve su mirada al cielo y ve cruzar una estrella fu_gaz. Tal 


ve·z le asusta esa aparición tan natural, pero tal vez tambien _aque�llo lo hace cambiar de pensamiento y dejar el camino equivocado 


que llevaba. 


Los misterios de la naturaleza no son iguales para todos los 


que los ven. Algunas personas tratan de averiguar solamente el 


por que de las cosas, sin preguntarse nada más. Otras e cambio 


estudian la creación de Dios y comprenden que es infinitamente 


misteriosa. Para los que saben ver y escuchar, cada día trae un 


nuevo mensaje que pide más comprensión y más amor para el pró-. 


jimo y todo lo que nos rodea. 







Desgraciadamente existen muchas personas que saben poco 


de los movimientos de los astros. Creen por eso que las - aparicion_es impresionantes, como los cometas, son avisos de catástrofes y 


dolor. Pero los que esto dicen, son profetas falsos, y no hay que con�fundirlos con los pocos escogidos que en realidad reciben un mensaje en su corazón. 


Aquel los pastores tan pobres que dormían en el potrero y los 


poderosos Reyes de tierras lejanas eran iguales en algo: tenían un 


corazón limpio para recibir el mensaje de que Dios mismo había 


venido al mundo como cualquier niño pobre. 
















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